La educación en el siglo XXI

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La educación que queremos

viernes, 21 de febrero de 2014

Las peripecias, aventuras y enseñanzas del MOOCafé_Compostela

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El día marcado era un jueves. La hora era casi taurina. Bueno, no tanto. El lugar elegido se intuia cómodo y accesible ya que era una de las salas de trabajo de la biblioteca pública "Anxel Casal" de Santiago de Compostela, que contaba con todas las infraestructuras necesarias para celebrar la reunión. La convocatoria, no sin algún percance menor, estaba hecha con la suficiente antelación usando la aplicación Eventbrite. En principio la "venta" de entradas fue lenta, pero en los últimos días el movimiento avanzó, aunque tuvimos que lamentar la ausencia de algunas compañeras, con compromiso de asistencia cursado, por problemas de trabajo ineludibles de última hora o por inoportuna enfermedad  sobrevenida.
De todas formas, según se iba acercando el día el ambiente del entorno inmediato fue impregnándose de cierta expectación y curiosidad. La experiencia era innovadora, ilusionante pero llena de incertidumbre.
El Storify que preparé con los preliminares de la convocatoria, contextualizándola en el curso MOOC y a partir de las ideas e iniciativas lanzadas en el MOOCafé es el siguiente.

Como alguna otra aplicacion de este curso (estoy pensando en la que usé para realizar la infografía, por ejemplo) era la primera vez que construía una historia a partir de los microrelatos digitales. Y, tengo que decir que la encontré muy útil y con muchss posiblidades de aplicación para el trabajo docente.



Pues bien, después de haber participado en el MOOCafé la valoración de la actividad es muy positica. Y ello por varias razones. 
En primer lugar me permitió reencontrarme con antiguos compañeros de los diferentes centros por los que fui pasando y que hacía tiempo que no veía manteniendo sólo contacto virtual. Fue gratificante y entrañable volver a verlos. Obviamente se estableció un compromiso mútuo de mantener viva la periodicidad de los contactos presenciales. 
En segundo lugar conocí a otros, situados en diferentes contextos y con distintas e interesantes peripecias que enriqueció mi entorno personal docente. Y, lógicamente me permitío compartir con todos ellos las inquietudes, preocupaciones, ideas y proyectos relacionados con la educación que queremos para estos tiempos líquidos y cambiantes.
Además de todo esto, y recordando que la experiencia fue gratificante, intensa y motivadora, se puso en marcha un proyecto de colaboración más estrecha por parte de los asistentes, que tendrá continuación más allá de la duración del MOOC. También se estableció un compromiso de reuniones periódicas presenciales para poner en común los proyectos, ideas y afanes que cada cual esté desarrollando, tanto de forma individual como en los difrentes grupos de trabajo en los que participa. Y por último, se reinició la colaboración en proyectos y experiencias docentes. Ciertamente la experiencia del Kfé Innovación, en la que se basó esta del MOOCafé, se puede convertir en una potente herramienta para fomentar el debate y la participación de una forma eficaz y lúdica.

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